El uso creciente de dispositivos digitales en la educación plantea desafíos críticos en la protección de datos y la salud mental de los menores
La transformación digital en el ámbito educativo ha traído consigo innumerables beneficios, desde el acceso a recursos interactivos hasta la personalización del aprendizaje. Sin embargo, también ha planteado desafíos significativos en términos de protección de datos y salud mental de los menores. Es fundamental abordar estos aspectos de forma conjunta para garantizar un entorno educativo seguro y saludable.
1. La digitalización en las aulas: una realidad en evolución
La incorporación de dispositivos digitales en las aulas ha sido una tendencia creciente, impulsada por la necesidad de adaptar la educación a las demandas del siglo XXI. No obstante, esta integración debe realizarse de manera consciente y regulada para evitar impactos negativos en el desarrollo cognitivo y emocional de los estudiantes.
La Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) desaconseja el uso de teléfonos inteligentes y otros dispositivos móviles en los centros educativos si el fin pedagógico puede alcanzarse mediante recursos menos invasivos. El uso de estos dispositivos puede implicar una recogida excesiva de datos personales y una supervisión insuficiente por parte de los centros.
2. Acceso temprano a Internet y exposición a contenidos inapropiados
La AEPD ha advertido sobre la precocidad en el acceso a Internet por parte de los menores, lo cual aumenta el riesgo de exposición a contenidos no adecuados para su edad, como material sexual o violento. Esta situación puede tener consecuencias negativas en su desarrollo emocional y psicológico.
Además, el uso de tecnologías en el entorno educativo implica el tratamiento de datos personales de menores, lo que exige una especial atención para garantizar el cumplimiento de la normativa vigente.
3. Adicción digital y patrones de diseño engañosos
Muchas plataformas digitales utilizan patrones de diseño adictivos que buscan maximizar el tiempo de uso, lo que puede afectar especialmente en usuarios jóvenes. Estos patrones no solo prolongan la conexión, sino que también influyen en sus decisiones y comportamientos.
A su vez, el acceso temprano e intensivo a Internet y redes sociales incrementa el riesgo de fenómenos como el ciberacoso, el sexting o el grooming, además de fomentar la propia adicción digital. La AEPD advierte que estos hábitos pueden tener consecuencias sobre la salud física, psicológica y social de los menores.
La campaña «Hay más riesgos en Internet que en la vida real«, lanzada por la AEPD y el Consejo General de la Psicología con el apoyo de Atresmedia, Mediaset y RTV, refuerza esta alerta social, invitando a las familias a reflexionar antes de poner un dispositivo móvil en manos de sus hijos e hijas, recordando que ciertos contenidos y servicios en la red pueden generar una fuerte dependencia, similar a la que provocan algunas sustancias.
4. Recomendaciones para una digitalización responsable
Para evitar el acceso a contenidos inapropiados, la AEPD, en colaboración con el Comité Europeo de Protección de Datos, ha impulsado un sistema de verificación de edad que permite restringir ciertos accesos sin comprometer la privacidad del usuario.
Asimismo, para una integración segura de la tecnología en el entorno educativo, se recomienda:
- Limitar el tiempo de conexión de los menores.
- Implementar sistemas de control parental que permitan supervisar el acceso a contenidos.
- Formar a los menores en el uso responsable de la tecnología y los riesgos para su privacidad.
La educación digital debe construirse sobre valores de protección, ética y bienestar. Apostar por una transformación tecnológica en las aulas no puede hacerse sin garantizar la seguridad y el desarrollo saludable de los menores.
Desde Setemcat, como empresa especializada en protección de datos, consideramos imprescindible que la digitalización en las aulas vaya acompañada de una cultura de privacidad desde la infancia. No se trata solo de limitar o supervisar el uso de la tecnología, sino de formar a los menores, al profesorado y a las familias en un uso responsable, consciente y seguro.
Via |AEPD|