El artículo 19 de la Ley de prevención de Riesgos laborales indica que la formación recibida por las personas trabajadoras deberá ser teórica, práctica, suficiente y adecuada.
Desgranando cada uno de los 4 aspectos, la formación práctica se puede afirmar que es la gran olvidada para la mayoría de las empresas, sin embargo, se hace imprescindible para garantizar unos conocimientos reales, dotar de aptitudes y actitudes que capaciten a la persona para crear hábitos de trabajo seguros e integrar aquellos elementos que le permitan analizar una situación y reaccionar adecuadamente ante determinadas circunstancias.
La formación teórica es muy útil para conocer los riesgos de su puesto de trabajo y las medidas preventivas necesarias, pero no es suficiente en el caso de tareas especialmente peligrosas (trabajos en alturas, espacios confinados, …) o uso de equipos especiales (carretillas, puente grúa o plataformas elevadoras), donde se requiere una formación adicional específica, sólida y de acompañamiento , adaptándose a la evolución de los riesgos o la aparición de otros nuevos y repetirse periódicamente para evitar olvidos.
Hace unos días el personal técnico y especializado del departamento de Prevención de Riesgos de SETEMCAT pudo comprobar que la formación práctica en Trabajos en Altura incidía de forma espectacular en los participantes presentes aumentando el interés, la participación y el aprendizaje y capacitando a las personas a evaluar de manera efectiva la percepción y realidad de los riesgos habituales en su trabajo.
Además, en esta ocasión y estimando la petición de la empresa, se incorporó un módulo de primeros auxilios incidiendo en los posibles accidentes que pueden ocurrir durante los trabajos.
Durante la formación práctica de trabajos en altura, se mostró e insistió en la importancia de tener en cuenta, entre otros aspectos, la correcta colocación y uso del arnés de seguridad, cuerdas y nudos, factor de caída, instalaciones de cabecera, amarre de seguridad, etc.
Los participantes tuvieron la ocasión de practicar la instalación de las líneas de vida, nudos mediante cuerdas, colocación de los anclajes, conectores, técnicas de auto aseguramiento, uso del disipador de energía, izado y manejo de cargas en altura…
Durante la instrucción de los primeros auxilios, se planteó la posibilidad de una caída real con consecuencias graves, contemplando diferentes escenarios y consecuencias: persona consciente o inconsciente, síndrome del arnés, hemorragias, fracturas, obstrucción de la vía respiratoria, etc debiendo los participantes, responder de manera positiva y eficiente a los daños sufridos por el accidentado mediante diferentes técnicas de salvamento, como por ejemplo, exploración de la víctima y reconocimiento de los signos vitales, postura lateral de seguridad, reanimación cardiopulmonar mediante el uso práctico del desfibrilador automático DEA, maniobra de Hemlich, etc.
La experiencia y valoración final de la actividad formativa de toda una jornada laboral, resultó ser corta y más que positiva tanto para las personas participantes como para el equipo técnico docente pudiendo detectar malos hábitos y percepciones erróneas que podrían derivar en consecuencias mortales en el caso de una caída en trabajo en altura.
Con todo ello y como personal técnico en prevención de riesgos laborales, quisiera concienciar a las empresas, las personas responsables y directivas a valorar la formación práctica como una inversión y animar a un cambio de mentalidad en beneficio de las personas trabajadoras y de la propia empresa.